Revista Perspectivas nº 3 (a la VENTA)

Este año presentamos la revista Perspectivas nº3, una publicación de nuestro grupo, la cual cuenta con la participación de estudiantes y profesores de la UNMSM y otras universidades tanto nacionales como de Hispano América.
Costo s/.8 (nuevos soles)
Para su adquisicion, puede enviar un correo electronico a:
perspectivas_2005@hotmail.com o
bloc.perspectivas@gmail.com
PD: Si le dan un "clik" a la imagene podran ver el contenido de la Portada. Tambien lo puede encontrar de venta en la facultad de CC.SS.

Las ¿Ciencias? Sociales

Tengo este tendencia (no sé si para bien o para mal) de desconfiar de cualquier discurso que proponga una cierta normatividad ideal a partir de la cual regular las práticas con el supuesto fin de que "las cosas mejoren". Un ejemplo de esto se puede ver en las banderas levantadas por algunos en nombre de "la cientificidad de las CCSS". Cabe decir que este ideal normativo también se da en casi todos los campos del conocimiento, pero las CCSS es lo que por ahora nos interesa. Diré que casi desde que entré a San Marcos (año 2007), tengo la intuición de que hablar de "Ciencias Sociales" es aceptar un discurso excluyente, que limita el campo de las estrategias posibles de investigación y abordaje teórico.
La primera vez que le di vueltas a esto ocurrió a raíz de una frase que, en medio de una discusión, salió de un compañero de Sociología: "la posmodernidad es acientífica". Y aunque no me dijo nada más, creo que es fácil admitir que de ahí, nada evita que se siga la afirmación de que cualquier intelectual "posmoderno" es simplemente basura. [Además, cabría decir que no hay un consenso en torno a términos como "posmodernidad" y "posmodernos". Se trata de conceptos polémicos y que, en realidad, se usan para designar a una época y a un conjunto de autores a los que simplemente no se sabe como etiquetar]. Me resulta evidente que la polarización discursiva del espectro de la producción académica entre "posmodernidad" y "cientificidad" es una torpeza retórica con fines de autolegitimación y que revelan un horizonte de pensamiento bastante pobre.

Para dejar las cosas en claro, yo pienso (al igual que muchos, creo) que no es importante si alguna de las llamadas "Ciencias Sociales" es una "verdadera ciencia". Lo mismo opino para el campo de las Humanidades y hasta estoy dispuesto a decir lo mismo de las llamadas Ciencias Naturales. Veamos, ¿qué se supone que debe de tener una ciencia para merecer dicha distinción? En primer lugar: un campo de estudio (un objeto); segundo: un método (científico); tercero: un sistema de conceptos que permitan abordar al objeto (teoría); cuarto: capacidad de predicción (esto último es muy discutible como criterio de lo científico). Evidentemente, estos requisitos son dependientes entre sí y no se puede hablar de uno sin referirse a otro.
Entonces, cualquier abordaje "científico" requiere de una teoría aplicada a un campo de estudio en base a un método a partir del cual descubrir regularidades que permitan una cierta capacidad de anticipación a los hechos (anticipación que se realizaría a nivel del corte metodológico que sobre el objeto se realizó). ¿Cuál es el problema con esto? En realidad, creo que podrían escribirse páginas y páginas al respecto. Aquí solo señalaré algunas cositas puntuales que, por otro lado, ya han sido dichas desde hace bastante tiempo y de diversas maneras por pensadores como Foucault, Wallerstein, algunos teóricos poscoloniales, etc..
1.- El espacio en el que un objeto emerge no es homogéneo. En tanto que el objeto está modelado por el abordaje teórico-metodológico, cabe decir que cualquier aproximación analítica tiene una base que no es previa a la aparición de un discurso. Es decir, "la ciencia" no se aplica a un objeto neutral, en estado "natural". En ese sentido, el tratamiento "científico" de un objeto es producto de una máquina linguística que produce modificaciones al objeto, presentándolo como neutral, para poder establecer una forma unívoca de dar con "lo real".
2.- Si esto es así, entonces los llamados por "la cientificidad" no son más que la prueba de que estamos lejos de descolonizar los saberes. A manera de cuestionamiento político, esto también implica que quienes levantan las banderas de la lucha contra los poderes hegemónicos desde una posición cientifista en lo académico, lo hacen desde un lugar de subordinación cognitivo-discursiva, y piensan contra el sistema dentro de los límites que el sistema impone al pensamiento. [Ojo. No pretendo decir que pienso "desde fuera del sistema". En principio, yo también uso categorías impuestas desde afuera para pensar las cosas.]
3.- Si aceptar eso implica abrir el espectro de posibilidades teórico-metodológicas para la investigación, quizás sea hora también de repensar el papel de la teoría. Se trata de acumular, de totalizar métodos, no de totalizar de manera abstracta los rasgos al presentar un sistema, un cierre funcional el que los polos podrían deducirse unos de otros, traducirse (Maigret, Éric. Sociología de la comunicación y de los medios. Bogotá: FCE, 2005, p. 423). Pensar en la teoría como un grupo de conceptos que forman un solo modo de sumergirse en lo social, conlleva a la larga, el establecimiento de un modelo teórico con pretensiones de colonización epistemológica ya que, en tanto sistema monolítico (y monológico), no presentaría ninguna variación fundamental en su morfología a la hora de ejecutar su aplicación sobre diferentes grupos humanos. Así, quizás sea momento de que la teoría cambie sus motivaciones: antes que pretender "explicar" las cosas, criticar el fundamento mismo que produce la realidad.
4.- Un asunto también queda en duda. ¿Puede alguien realmente decir dónde está la frontera entre "lo científico" y "lo no científico"? Además, si el estudio de las relaciones sociales implica algún tipo de compromiso político consustancial a cualquier clase de construcción teórica, ¿no cabría pensar que el proceso de construcción de uno mismo, en tanto que intelectual, conlleva una serie de juicios de valor en torno a las categorías usadas para dar cuenta de los hechos? Como ya se sabe, no existe el investigador neutral. Todo concepto está atravesado por un contenido que en alguna medida es arbitrario, en tanto que describe a un objeto solo hasta cierto punto. Las palabras permiten decir ciertas cosas y evitan que se puedan decir otras. Así pues, la realidad está construida sobre la represión de una cierta cantidad de significados que podrían emerger en la relación de las palabras y los objetos. Tal represión opera también (y a su manera) en los discursos científicos.

5. Y en torno a la predicción, ¿existe una suerte de sistema de medición que pueda dar cuenta de la certidumbre que una predicción alcanzó? Incluso en las CCNN está ya cuestionado el alcance y los límites que la idea de predecir conlleva. Si una investigación es más o menos científica por su capacidad o incapacidad para la predicción, quizás entonces cabría simplemente decir que no existe investigación alguna "realmente científica". (¿O acaso existe teoría alguna -o investigador alguno- que haya acertado siempre en sus predicciones?)

Dicho esto, creo también que hay que eliminar el uso de ciertas expresiones como "científico social" o "Ciencias Sociales" (que, por otra parte, suenan bastante pretenciosas). O en todo caso, repensar lo que queremos decir cuando hablamos de ciencia (evitar, si es que es eso posible, su dimensión excluyente).
Como dije, esto no es una una novedad. Está escrito porque creo importante sentar posición en un tema como éste.

Ivan